Para el lunes he leído el artículo “EE.UU: Ruidoso debate sobre salud”. Se trata no de la reforma del sistema americano de salud, sino del mismo debate, y cómo los dos grupos lo están llevando a cabo. Un grupo, los que están a favor de los planes del presidente, se queja de las tácticas del otro grupo, los que están en contra del plan. Pero el autor Carlos Chirinos dice que “ninguna de las partes parece tener toda la razón, pues ni el sistema que se propone será universal…ni será una medicina socialized como en Canadá…“ De momento, lo que propone el gobierno americano es una serie de cabildos abiertos pacíficos, aunque muchos se insisten en interrumpir con acusaciones simples, como por ejemplo: “Just say no!” De todos modos, parece que éstos, los que están estropeando los cabildos, son una minoría. Pero si su objetivo es llamar la atención, lo están consiguiendo, da igual que tengan la razón o no.
Yo no estoy de acuerdo con ninguno de los dos puntos de vista. Yo sí estoy de acuerdo en que de alguna manera el sistema de salud tiene que modificarse para que incluya a más ciudadanos norteamericanos. En la actualidad hay millones de americanos que no cuentan con un plan de seguros médicos; eso sí tiene que cambiar. Pero la nacionalización del sistema de salud por parte del gobierno federal sería un desastre, en mi opinión. En cuanto al debate, creo que se está circulando demasiada información falsa, la mayoría fomentada por medios conservadores que más que nada quieren que los planes de Obama no lleguen a realizarse, cueste lo que cueste. Imposibilitan el debate, y me enfadan.
Con respeto a mi experiencia personal, he hablado varias veces del tema con mi padre, pues el era médico y me interesa mucho saber sus opiniones. No me ha comentado mucho, salvo que es un tema demasiado complicado que a lo mejor no tiene ninguna solución fácil. Estoy de acuerdo con él. Me gustaría que hubiera una solución clara, pero dudo mucho que haya.