Autores

Autores:

Juan José Arreola (México, 1918-2001): Considerado uno de los magos del “silencio poético y del texto breve” y uno de los tres grandes innovadores y maestros de la prosa mexicana junto a Juan Rulfo y Agustin Yañez. Jorge Luis Borges escribió de él: “Que yo sepa, Arreola no trabaja en función de ninguna causa y no se ha afiliado a ninguno de los pequeños ‘ismos’ que parecen fascinar a las cátedras y a los historiadores de la literatura. Deja fluir su imaginación, para deleite suyo y para deleite de todos.” Frase: “El hombre recurre a la verdad solo cuando esta escaso de mentiras.”

Augusto Monterroso (Guatemalteco: 1921-2003)… (Muchos de sus cuentos se pueden encontrar en http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/monte/am.htm)


ESTEBAN ECHEVERRÍA [1809-1851]

Argentino. La figura más importante del romanticismo hispanoamericano. Pasó cuatro años en París, donde absorbió el ambiente romántico, y volvió a Buenos Aires en 1830 para juntarse con los otros jóvenes de su generación: Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Vicente Fidel López, Domingo F. Sarmiento y Bartolomé Mitre. En 1838 colaboró en la fundación de la Joven Asociación, o Asociación de Mayo, que difundió el liberalismo y el romanticismo por la Argentina y por otras partes de Hispanoamérica. Redactó el Código de la Asociación, la Declaración de los principios que constituyen la creencia social de la República Argentina, que se publicó en forma definitiva en 1846 bajo el título de Dogma socialista. En 1840 emigró al Uruguay, donde murió once años después. Autor de la primera obra romántica de procedencia francesa, “Elvira o la novia del Plata” (1832); del primer poema de tema y de ambiente americanos, “La cautiva” (1837); y de uno de los primeros cuentos americanos, “El matadero”. Aunque éste no se publicó hasta 1871, la mayoría de los críticos están de acuerdo sobre su fecha de composición: 1838.

JOSÉ LÓPEZ PORTILLO Y ROJAS [1850-19231]

Mexicano. Nació en Guadalajara de una familia rica y tradicionalista. Fue abogado, periodista, catedrático, gobernador de Jalisco y secretario de Relaciones Exteriores. Apoyó el régimen de Porfirio Díaz. Con Emilio Rabasa y Rafael Delgado, forma la trilogía de novelistas de fines del siglo xix que sintieron la influencia del realismo español de Galdós y de Pereda. Su mejor novela, La parcela (1898), es la primera en las letras mexicanas de ambiente totalmente rural, aunque representa el punto de vista del hacendado. También fue autor de otras dos novelas, Los precursores (1909) y Fuertes y débiles (1919); de cuatro colecciones de relatos breves: Seis leyendas (1883), Novelas cortas (1900), Sucesos y novelas cortas (1903) e Historias, historietas y cuentecillos (1918). A pesar de su realismo decimonónico, “Reloj sin dueño” se publicó por primera vez en la colección de 1918. López Portillo también escribió poesía, teatro, relatos de viajes, crítica e historia. Su nieto José López Portillo fue presidente de México de 1976 a 1982.

TOMÁS CARRASQUILLA [1858-1940]

Colombiano. Nació en un pueblo de Antioquia de una familia rica y aristocrática. Sus estudios de leyes fueron interrumpidos por la Revolución de 1874. Fue secretario del juzgado municipal y luego juez. A excepción de dos visitas a Bogotá (1896, 1915-1916), pasó toda la vida en Antioquia. Sus obras literarias son productos de una edad madura. Clasificado por mucho tiempo con los costumbristas hispanoamericanos que siguieron las huellas de Pereda, Carrasquilla ha sido “descubierto” últimamente como uno de los primeros novelistas y cuentistas artísticos. Aunque escribe sobre los personajes y el ambiente de su región, su obra tiene más trascendencia que la de los otros costumbristas. Es que se interesa más en la realidad y menos en la caricatura y luce un gran dominio del idioma. Autor de la novela histórica La marquesa de Yolombó (1928); de tres novelas regionales, Frutos de mi tierra (1896), Grandeza (1910) y Hace tiempos (1935-1936); y de varios cuentos largos. “San Antoñito” fue escrito en 1899 pero no se publicó hasta 1914 en España en una colección de seis cuentos de Carrasquilla titulada El padre Casafús.

JAVIER DE VIANA [1868-1926]

Uruguayo, Uno de los primeros cuentistas profesionales. Se crió en una estancia. Fue a Montevideo para estudiar medicina y solicitó una beca para ir a París a especializarse en psiquiatría. Al no recibirla, se dedicó al periodismo sin dejar de visitar la estancia de su familia. “He sido hacendado, criador de vacas y ovejas, tropero y hasta contrabandista; revolucionario, muchas veces; candidato al congreso en varias ocasiones, sin haber nunca pasado de candidato… He sido, ante todo y sobre todo, periodista. ..”

La Revolución de 1904 acabó con la poca fortuna que tenía y fue a Buenos Aires con la ilusión de mantenerse escribiendo cuentos. Apremiado por las necesidades editoriales, la calidad de su obra bajó. Murió pobre y enfermo en las cercanías de Montevideo. Autor de dos novelas, Gaucha (1899) y Gurí (1901), y más de una docena de tomos de cuentos: Campo (1896), Macachines (1910), Leña seca (1911), Yuyos (1912), etc. También escribió piezas teatrales. “Los amores de Bentos Sagrera” se publicó en Campo, la primera y la mejor de las colecciones del Prolífico cuentista.


Javier de Viana, “Autobiografía” en Pago de deuda, Campo amarillo y otros escritos, Montevideo: Claudio García y Cía., 1934, p. 20.

BALDOMERO LILLO [1867-1923]

Chileno. Nació, se crió y trabajó en un pueblo minero del Sur. En 1898 tuvo un disgusto con uno de los capataces y se vio obligado a trasladarse a Santiago, donde su hermano Samuel le consiguió trabajo en la sección de publicaciones de la Universidad de Chile. Sus cuentos, que muestran una gran predilección por el tema de los mineros, se publicaron en dos tomos, Sub terra (1904) y Sub sole (1907). Como algunos de sus personajes, Lillo murió tísico. Una colección póstuma, El hallazgo y otros cuentos del mar (1956) atestigua mayor variedad temática. “La compuerta número 12” proviene de Sub terra.

RUBÉN DARÍO [1867-1916]

Nicaragüense. El modernista por antonomasia. A los trece años ya escribía versos y a los quince emprendió el primero de sus viajes que habían de caracterizar toda su vida. En El Salvador (1882), conoció al poeta Francisco Gavidia, quien le puso en contacto con la literatura francesa. En 1886, fue a Chile donde trabajó en los periódicos y publicó Azul (1888). Estando Darío en Guatemala, apareció allí en 1890 la segunda edición ampliada. Después de casarse en Costa Rica, fue a España en 1892. Luego, pasando por Cuba, se dirigió a la Argentina con el cargo de cónsul de Colombia. Los años pasados en Buenos Aires (1893-1898) constituyeron el apogeo del modernismo, representado en parte por la publicación de Prosas profanas y Los raros en 1896. A partir de 1898, Darío vivió casi constantemente en Europa, sobre todo en París. Publicó otros dos libros importantes, Cantos de vida y esperanza (1905) y El canto errante (1907) que representan un rechazo parcial del preciosismo parnasiano y simbolista por una preocupación tanto por los problemas personales como por el destino de la América Latina frente a la amenaza del imperialismo norteamericano. “El rubí” se publicó por primera vez en La Libertad Electoral de Santiago de Chile el 9 de junio de 1888 y fue incluido en la primera edición de Azul.

HORACIO QUIROGA [1878-1937]

Uruguayo. Una figura cumbre en la cwsntística hispanoamericana. Se le puede considerar como padre de una de las tendencias principales del siglo xx: el criollismo. Además, “El hombre muerto” es, tal vez, el primer ejemplo hispanoamericano del realismo mágico. Sus cuentos revelan una obsesión de la muerte violenta, que refleja las experiencias de su propia vida. Su padre, su padrastro, su mejor amigo, su mujer y él mismo o se suicidaron o fueron víctimas de disparos fortuitos. Participó en. la vida bohemia de los modernistas de 1900 en Montevideo presidiendo el Consistorio del Gay Saber. Después vivió en la provincia tropical de Misiones, Argentina, de donde sacó el material para la mayor parte de su obra. Sus mejores colecciones son Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), Cuentos de la selva (1918), El salvaje (1920), Anaconda (1921), El desierto (1924), La gallina degollada y otros cuentos (1925), Los desterrados (1926) y Más allá (1935). “El hombre muerto” se publicó por primera vez el 27 de junio de 1920 en el diario porteño La Nación y después fue incluido en Los desterrados.

JOSÉ REVUELTAS [1914-1975]

Mexicano. Nació en Durango. Su hermano Silvestre fue un famoso compositor, su hermano Fermín, pintor, y su hermana Rosaura es actriz de cine. Pasó parte de su juventud en la cárcel por sus ideas radicales. En Los muros de agua (1941) narra su destierro en la colonia penal de las Islas Marías. Siendo periodista del diario El Popular, su novela El luto humano (1943) fue escogida para representar a México en el segundo concurso Farrar y Rinehart. Otras novelas son Los días terrenales (1949), En algún valle de lágrimas (1956), Los motivos de Caín (1957), Los errores (1964) y El apando (1969). Tiene tres colecciones de cuentos: Dios en la tierra (1944), Dormir en tierra (1960) y Material de los sueños (1974). Su encarcelamiento en 1968 por motivos políticos provocó protestas internacionales de escritores y catedráticos. El cuento que reproducimos, “Dios en la tierra”, proviene de la colección de 1941.

JORGE LUIS BORGES [1899-1986]

Argentino. Nació en Buenos Aires. Estudió en Ginebra, Suiza y Cambridge, Inglaterra. Viajó por España y otros países europeos asociándose con los vanguardistas de la posguerra. De vuelta a Buenos Aires en 1921, trabajó de bibliotecario, escribió para los periódicos, dio conferencias sobre temas literarios y fundó revistas. Publicó varios tomos de poesía ultraísta y de ensayos literarios a partir de 1923. Su primera colección de cuentos, Historia universal de la infamia, data de 1935, pero su fama mundial se debe más a la publicación de El jardín de senderos que se bifurcan (1941), Ficciones (1944), El aleph (1949) y La muerte y la brújula (1951). La casa Emecé ha publicado desde 1954 varios tomos de sus Obras Completas. Durante el régimen peronista, Borges perdió su empleo y sufrió toda clase de vejaciones. Con la caída del dictador, los nuevos gobernantes le reconocieron, su postura democrática nombrándole director de la Biblioteca Nacional. Fue profesor visitante en la Universidad de Texas en 1961-1962 y en la de Harvard en 1967-1968. Sus obras han sido traducidas y muy bien recibidas en los Estados Unidos y varios países europeos. Después de casi veinte años sin publicar, sorprendió gratamente a sus devotos con las poesías de Elogio de la sombra (1969), La rosa profunda (1975), La moneda de hierro (1976), La cifra (1981), Los conjurados (1985) y los cuentos de El informe de Brodie (1970) y El libro de arena (1975).

MARÍA LUISA BOMBAL [1910-1980]

Chilena. Nació en Viña del Mar. Estudió en la Sorbona, donde presentó una tesis sobre Prosper Mérimée. En Santiago, representó en distintos grupos teatrales. Vivió varios años en Buenos Aires, donde publicó sus únicos tres cuentos en la revista Sur: “Las islas nuevas” (1938), “El árbol” (1939) y “María Gricelda” (1946). Su fama depende más de sus dos novelas, La última niebla (1935) y La amortajada (1938). Residió en Nueva York durante muchos años antes de volver a Viña del Mar.

JUAN RULFO [1917-1986]

Mexicano. Nació en Sayula, Jalisco. Pasó su niñez en la hacienda de sus abuelos. En 1924 perdió a su padre: “lo mataron una vez cuando huía… y a mi tío lo asesinaron, y a otro y a otro… y al abuelo lo colgaron de los dedos gordos, los perdió… todos morían a los 33 años”. Pocos años después se le murió su madre. Estudió para contador y trabajó en la Oficina de Migración, la Compañía Goodrich y la Comisión del Papaloapan. Publicó sus primeros cuentos en la revista Pan de Guadalajara. Sus únicos dos libros son muy conocidos y estimados: la colección de cuentos El Llano en llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955), ambas publicadas por el Fondo de Cultura Económica. Después de un silencio editorial de más de veinte años, Rulfo se reveló en 1980 como guionista de cine y como fotógrafo en El gallo de oro y otros textos para cine y en Inframundo o El México de Juan Rulfo.


Juan Rulfo en Los narradores ante el público. México: Editorial Joaquín Mortiz, 1966, p. 26.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ [1927]

Colombiano. Nació en Aracataca, pueblo tropical en la zona bananera del Caribe. Criado en gran parte por los abuelos, cursó los dos primeros años de la secundaria en un colegio de jesuitas en Barranquilla (1940-1942) para luego trasladarse al Liceo Nacional de Zipaquirá, cerca de Bogotá, donde obtuvo el bachillerato en 1946. Se matriculó en la Universidad Nacional pero abandonó los estudios de derecho en 1948 para regresar a la costa, donde empezó su carrera periodística escribiendo una columna diaria en la prensa de Cartagena. En 1950 se mudó a Barranquilla incorporándose al grupo de jóvenes literatos y bohemios formado por Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor bajo la tutela del padre de éste y del sabio catalán Ramón Vinyes. En 1954 ganó el premio de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas por su cuento “Un día después del sábado”. Su primera novela, Hojarasca (1955), fue aclamada en el momento de su publicación como la mejor novela colombiana desde La vorágine. Nombrado corresponsal de El Espectador en París, quedó varado en esa ciudad entre 1955 y 1957 después de que el dictador Rojas Pinilla cerró el periódico. Se entusiasmó con el triunfo de la Revolución cubana en 1959 y trabajó brevemente en Nueva York con Prensa Latina, agencia de noticias internacionales establecida por Cuba para ofrecer otra opción frente a las agencias AP y UP. La publicación en 1961 de la novela corta El coronel no tiene quien le escriba aumentó su fama literaria y todavía se considera una de sus mejores obras. Radicado en México a partir de 1962 donde ha trabajado de guionista, publicó otra novela corta, La mala hora (1962) y la colección de cuentos Los funerales de la Mamá Grande (1962), que incluye “La prodigiosa tarde de Baltazar”. Esos cuentos más las tres novelas cortas anteriores llegaron a fundirse, a cuajarse, a transformarse en una de las obras maestras de la literatura internacional, Cien años de soledad (1967), que le valió quince años después el Premio Nobel. En 1970 volvió a publicarse una de sus primeras crónicas periodísticas: Relato de un náufrago. Los cuentos de La increíble y triste historia de la candida Eréndira y de su abuela desalmada (1971) constituyen una transición a la prosa más densa de El otoño del patriarca (1975), una de las mejores novelas sobre el dictador latinoamericano publicadas en esos años por Carpentier, Roa Bastos, Aguilera Malta, Ibargüengoitia, Murena, Thorne y Avilés Fabila. Con Crónica de una muerte anunciada (1981), García Márquez volvió a la novela corta dando otra versión de la vida pueblerina en la costa norte de Colombia.

Desde 1967 ha vivido en Barcelona, México, Bogotá y Cartagena, dedicándose a la literatura y a los reportajes políticos, entre los que se destacan el de “Cuba en Angola” sobre la Operación Carlota (1975) y el del asalto al Palacio Nacional por Edén Pastora y los sandinistas en 1979. Su obra periodística se ha recopilado en seis tomos gruesos publicados a partir de 1981. Recientemente, diciembre de 1985, ha salido a la luz El amor en los tiempos del cólera, novela sobre el amor de los viejos.


Aunque se suele decir y escribir que nació en 1928, su amigo barranquillero Germán Vargas asegura que posee la partida de bautismo que indica que nació el 6 de marzo de 1927 (igual que este antólogo). También lo asegura el padre de García Márquez según una nota publicada en Hispania (sept. de 1978, p, 541) por Harley D. Oberhelman.

JULIO CORTÁZAR [1914-1984]

Argentino. Nació en Bélgica, hijo de un diplomático argentino, pero se crió al lado de su madre en las afueras de Buenos Aires. Enseñó por cinco años en varios colegios y en 1945-1946 dictó clases de literatura francesa en la Universidad de Cuyo en Mendoza, antes de renunciar en protesta contra el régimen peronista. Se trasladó a Buenos Aires y en 1951 salió de la Argentina. Desde 1952 vivió en Francia trabajando por varios años de traductor para la UNESCO. Gran aficionado del jazz. Después de la publicación en 1949 del poema dramático Los reyes, se dedicó casi exclusivamente a la narrativa. Aunque sus dos primeras colecciones, Bestiario (1951) y Final del juego (1956), contienen algunos de sus cuentos más famosos, no fue hasta 1959, con la publicación de “El perseguidor” en Las armas secretas, cuando adquirió una reputación verdaderamente internacional. Con su novela Rayuela (1963), llegó a ser una de las figuras cumbres del boom. Su voluminosa obra incluye tres novelas: Los premios (1960), 62 Modelo para amar (1968) y Libro de Manuel (1973), y otras dos antiguas publicadas póstumamente: Divertimento (1949, 1986) y El examen (1950, 1986). Otros siete tomos de cuentos: Historias de cronopios y famas (1962), Todos los fuegos el fuego (1966), Octaedro (1974), Alguien que anda por ahí (1977), Queremos tanto a Glenda (1980), Deshoras (1983) y Los autonautas de la cosmopista (1984), esta última con su mujer Carol Dunlop; un volumen de poesía: Pameos y meopas (1971); cinco libros ensayísticos e híbridos: La vuelta al día en ochenta mundos (1967), Último round (1969), Prosa del observatorio (1972), Un tal Lucas (1979) y Nicaragua tan violentamente dulce (1983). Esta última obra indica, junto con las siguientes, un mayor compromiso político que data de su identificación con la Revolución cubana a mediados de la década del 60: Literatura en la revolución y revolución en la literatura, con Óscar Collazos y Mario Vargas Llosa (1969), “Policrítica a la hora de los chacales” (1971) y una versión experimental en forma de tiras cómicas del Tribunal Bertrand Russell celebrado en 1975 en Bruselas, Fantomas contra los vampiros multinacionales. “Cartas de mamá” proviene de Las armas secretas.

HUMBERTO ARENAL [1926]

Cubano. Nació en La Habana. En 1948 salió de Cuba para los Estados Unidos y no volvió hasta poco después del triunfo de la Revolución. Director de teatro y colaborador en las principales revistas nacionales. Autor de la primera novela de la Revolución cubana, El sol a plomo (1959); de otra novela, Los animales sagrados (1967); y de dos pequeñas colecciones de cuentos, La vuelta en redondo (1962) y El tiempo ha descendido (1964). De ésta proviene “El caballero Charles”.

[Nota de Pedro Porbén: Arenal recibió el Premio Nacional de Literatura en el 2008].

Emilia Pardo Bazán [1851- 1921]

Emilia Pardo Bazán nace el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña, ciudad que siempre aparece en sus novelas bajo el nombre de `Marineda`. Hija única de don José Pardo Bazán y Mosquera y de doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza, recibe una educación esmerada. Lectora infatigable desde los 8 años, a los nueve compuso sus primeros versos, y a los quince su primer cuento, Un matrimonio del siglo XIX, que envió al Almanaque de La Soberanía Nacional, y que sería el primero de los numerosísimos -cerca de 600- que publicaría a lo largo de su vida.

Las torres de Meirás Su formación se completó en la capital de España, donde solía pasar los inviernos la familia, debido a las actividades políticas de su padre, militante en el partido liberal progresista. El año 1868 supone un hito en la vida de Emilia: `Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron muy de cerca: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de septiembre de 1868`. Emilia tenía 16 años, y su marido, José Quiroga, estudiante de Derecho, veinte. La boda se celebró el 10 de julio en la capilla de la granja de Meirás, propiedad de los padres de la novia. En 1873 la familia Pardo Bazán -también los recién casados- abandona temporalmente España. El viaje se prolonga por varios países de Europa, lo que despierta en Emilia la inquietud por los idiomas, con el deseo de leer a los grandes autores de cada país en su lengua original. Su inquietud intelectual va en aumento y, al regresar a España, entra en contacto con el krausismo a través de Francisco Giner de los Ríos, con quien le uniría una gran amistad. El influjo de los krausistas la empuja a la lectura de los místicos y de Kant, y éstos, a su vez, la conducen hasta Descartes, Santo Tomás, Aristóteles y Platón. En 1876, año del nacimiento de su primer hijo, Jaime, se da a conocer como escritora al ganar el concurso convocado en Orense para celebrar el centenario de Feijoo. Son años en que todavía no ha abandonado totalmente la poesía. Gracias a Giner de los Ríos se edita en 1881 el libro de poemas de doña Emilia, titulado Jaime. La afición al género novelesco no es temprana en doña Emilia, que consideraba la novela un género menor, de mero pasatiempo, prefiriendo completar, siguiendo un orden, su formación intelectual, en la que encontraba muchas lagunas. Sin embargo, el conocimiento de las obras de sus contemporáneos la anima a escribir su primera novela, Pascual López: Autobiografía de un estudiante de medicina, poco antes de aceptar la dirección de la Revista de Galicia, en 1880. En 1881 publica Un viaje de novios, novela para la que utilizó las experiencias de un viaje a Francia, y ese verano, en Meirás, acaba San Francisco de Asís, ya embarazada de su segunda hija, Carmen. El prólogo de Un viaje de novios es importantísimo para comprender lo que significa el naturalismo en la obra de Emilia Pardo Bazán, así como la serie de artículos que publica entre 1882 y 1883 bajo el título de La cuestión palpitante, la del naturalismo, corriente literaria que dio a conocer en España. En esta línea naturalista se inscribe la tercera novela de doña Emilia, La Tribuna (1883), así como las posteriores de Los pazos de Ulloa (1886), La madre naturaleza (1887) y La piedra angular (1891), aunque entre La Tribuna y Los pazos de Ulloa escribe Emilia Pardo Bazán una novela en la que se aparta de la técnica naturalista. Se trata de El cisne de Vilamorta, en la que conjuga la observación realista con ciertos elementos románticos. Además, entre La madre naturaleza (1887) y La piedra angular (1891) publica cuatro novelas que tampoco pueden considerarse naturalistas: Insolación y Morriña, ambas de 1889 y ambientadas en Madrid, han sido consideradas por la crítica dentro de las coordenadas del realismo, y Una cristiana y La prueba, las dos de 1890, como participantes de cierto idealismo, tendencia que se observa también -con el paréntesis de La piedra angular-, en el ciclo de Adán y Eva, formado por Memorias de un solterón (1891) y Doña Milagros (1894). En 1891 emprende una nueva aventura periodística con Nuevo Teatro Crítico, revista fundada y escrita completamente por ella, que tanto en su título como en su planteamiento misceláneo, cultural en sentido amplio, y divulgativo quiere rendir homenaje a su admirado Feijoo, y ese mismo año funda y dirige en 1892 la Biblioteca de la Mujer. Desde tiempo atrás doña Emilia venía colaborando en numerosas revistas y periódicos, con crónicas de viajes, artículos, ensayos y numerosísismos cuentos que agruparía en varias colecciones: Cuentos de Marineda, Cuentos de amor, Cuentos sacroprofanos, En tranvía (Cuentos dramáticos), Cuentos de Navidad y Reyes, Cuentos de la patria, Cuentos antiguos… Y también en la prensa, en La Lectura, empieza a salir en 1903 su novela La Quimera, que dos años después vería la luz como libro. Confirmando su criterio de que la novela debe reflejar el momento en que es escrita, pueden apreciarse en La Quimera ciertos ecos modernistas y simbolistas. En 1908 publica La sirena negra cuyo tema central es el de la muerte, que ha escrito en el Ateneo de Madrid, donde ha sido nombrada Presidenta de la Sección de Literatura en 1906. Viajera infatigable, continúa además consignando sus impresiones en artículos de prensa y en libros. En 1900 van apareciendo en El Imparcial sus artículos sobre la Exposición universal de París, que cuajarán en el libro Cuarenta días en la Exposición, en 1902 se edita Por la Europa católica, fruto de un viaje por los Países Bajos. Todavía no había intentado llevar a la escena sus obras de teatro, y en 1906 estrena en Madrid, sin éxito, Verdad y Cuesta abajo. Es doña Emilia una figura reconocida en la vida literaria, cultural y social. En 1908 comienza a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorga Alfonso XIII en reconocimiento a su importancia en el mundo literario, desde 1910 era consejera de Instrucción Pública, socio de número de la Sociedad Matritense de Amigos del País desde 1912… Dos años después se le impondría la Banda de la Orden de María Luisa, y recibiría del Papa Benedicto XV la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice… En 1916 el ministro de Instrucción Pública la nombra catedrática de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central. El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provoca la muerte. Al día siguiente, toda la prensa hablaba de la escritora fallecida el día anterior, que fue enterrada en la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid.

LUISA VALENZUELA [1938]

Argentina. Nació en Buenos Aires. Hija de la novelista y cuentista Luisa Mercedes Levinson. A los 20 años fue a París como corresponsal del diario El Mundo. Ahí escribió programas para la televisión y conoció a los autores del grupo Tel Quel durante el auge del nouveau roman. En 1961 volvió a Buenos Aires para trabajar con La Nación. Después de publicar su primera novela, Hay que sonreír (1966), le otorgaron la beca Fullbright para participar en el Programa Internacional de Escritores en la Universidad de Iowa. Ha participado en varios congresos y entre 1979 y 1985 dictó cursos de literatura latinoamericana en la Universidad de Columbia en Nueva York. Su obra consta de otras tres novelas: El gato eficaz (1972), Como en la guerra (1977) y Cola de lagartija, traducida al inglés por Gregory Rabassa el mismo año de su publicación en español, 1983; y cuatro tomos de cuentos: Los heréticos (1967), Aquí, pasan cosas raras (1975), Cambio de armas (1982) y Donde viven las águilas (1983). Libro que no muerde (1930), editado en México, recoge cuentos de los tomos anteriores y agrega algunos nuevos. En 1983 recibió una beca Guggenheim.

ANA LYDIA VEGA [1946]

Puertorriqueña. Nacida en Santurce. Profesora de francés y de literatura caribeña en la Universidad de Puerto Rico. El título de su tesis doctoral, El mito del rey Christophe en el teatro de las Antillas, pregona su interés en el Caribe. Efectivamente, su segunda edición, Encancaranublado y otros cuentos de naufragio —Premio Casa de las Américas 1982está dedicada “a la confederación caribeña del futuro para que llueva pronto y escampe” e incluye seis cuentos con personajes cubanos, dominicanos, haitianos y puertorriqueños ubicados en Puerto Rico, Nueva York, Haití y Jamaica. La primera colección, Vírgenes y mártires (1981), consta de seis cuentos escritos por Vega, seis por Carmen Lugo Filippi y uno escrito entre las dos. “Letra para salsa y tres soneos por encargó” se publicó en ese tomo. En 1980 Vega estrenó una obra de teatro, Plaza de la Convalecencia, en colaboración con Nelson Rivera. En 1984, su cuento “Pasión de historia” ganó el premio “Juan Rulfo Internacional” en París y será publicado en otro libro de cuentos que está terminando de escribir en Francia.


Leave a Reply

Go to Top
Skip to toolbar